martes, 17 de mayo de 2011

CERRO COLORADO...SU FLORA

“Los estudios permiten suponer que con posterioridad al levantamiento de la cordillera de los andes, las zonas que hoy constituyen las Sierras Pamperas de Córdoba, se cubrieron por algún tiempo con vegetación de característica tropical.
La elevación del sistema andino por su parte, al impedir la entrada de los vientos húmedos del Océano Pacifico, trajo aparejados cambios climáticos notables. Así es como se llego a la condición de aridez en los ambientes próximos a la Cordillera, y a la semi aridez en aquellos mas alejados. La vegetación en consecuencia comenzó a evolucionar hacia la adquisición de características xerofíticas típicas de los ambientes secos”.
“A través de este lento proceso de adaptación y ajuste de las especies vegetales o las nuevas condiciones creadas, así como a los reiterados cambios entre regímenes climáticos húmedos y secos que se sucedieron hasta luego de la última glaciación inclusive (ca. 10.000 AP), se fue conformando en las sierras un bosque constituido con especies de diferentes linajes, es decir, especies características de otros ambientes climáticos de Sudamérica. Así, el coco, el Mato, el Clavel del Aire y los Chaguares son de origen andino. En cambio, otras como el Manzano del Campo, el Chañar, el Tala, el Mistol, son de linaje tropical procedentes del sur del escudo brasilero”.


Mientras relevábamos el museo nos acercamos a dialogar con un lugareño que se encargaba de la limpieza del establecimiento y le preguntamos acerca de las especies arbóreas que componen los bosques del Cerro colorado y nos comento que allí se encuentran aquellas especies que mantienen el follaje todo el año como “el Molle de Beber”, “el Coco” y parcialmente “El Mato”. Y aquellas que lo dejan caer en otoño e invierno como el “Chañar”, el “Tala”, el “Algarrobo”, entre otras y afirmaba que de allí que para ese período seco, el paisaje vegetal pierde su colorido, luciendo una tonalidad cenicienta.


“El mato (Myrcianthes cisplantesis), integrante típico de los faldeos, pierde montes y quebradas del área de la respectiva, justifica un 46 % del total de las especies arbóreas presentes en aquellos bosques mas pristìnos de la reserva.”

Cuando comenzamos a caminar observábamos la vegetación y nos llamo la atención una de las especies en particular, acudimos a un lugareño y nos informo que era una especie arbórea denominada “Mato” y además nos comento de ella y nos facilito un artículo que decía lo siguiente:

“se trata de un árbol fácilmente identificable por el color claro de su tronco y de textura muy lisa que al tacto produce una sensación de frío.
Normalmente florece en diciembre y el fruto, semejante al de un “Piquillín”, madura entre febrero y marzo. La mayoría de ellos (80 %), posee un asola semilla, pudiendo presentar 2, 3 y hasta 4 en un mismo fruto; auque raramente también 7.
No todas tienen posibilidades de germinar, pues un insecto la parásita comiéndose toda la reserva de la semilla.
Este control natural (predacion), puede afectar a casi toda la producción de semillas de una temporada.
Otra forma de reproducción de esta especie, es agamica, es decir, no sexuada, mediante la producción de nuevos individuos por un proceso de germinación a partir de la raíz.
La presencia de esta especie en argentina resulta interesante, pues habla de las rutas de migración biogeográficas, que llevaron a su actual distribución.
Además de estar presentes en las sierras de Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, Salta y Jujuy, se encuentra también en los ambientes ribereños en el sur del territorio brasileño, Costas del Río Paraná, oeste y sur del territorio uruguayo. Los bosques remanentes de esta especie en Córdoba, constituyen la única distribución más conspicua del territorio.
Mas al sur en los faldeos andinos Argentinos-chilenos, se emparienta con el majestuoso “Arrayán” (Myrceugenella apiculata) de la misma familia vegetal.
Muy probablemente, esta amplia distribución en diferentes ambientes lleva a las personas a pensar en la presencia de variedades ecológicas de esta especie, siendo la del Cerro Colorado una de ellas.
Debido a las condiciones micro climáticas presentes en las quebradas, los bosques de “Mato”constituyen allí un verdadero hábitat relicto de características tropicales. Ello es particularmente apreciable en el periodo de lluvias.
La importancia del bosque como cubierta vegetal protectora del suelo en particular, en especial el de los faldeos, fue el motivo de su declaración como “Bosque protector”. Por ello que su desaparición o substancial disminución, llevaría inexorablemente a la perdida del sustrato edáfico, por acción directa del viento y el agua de fuertes lluvias.
De igual manera, la alteración de las condiciones del “hábitat de bosque”, llevaría al desajuste del equilibrio ecológico de esta formación vegetal, disminuyendo seguramente su capacidad de producción biológica, además de su riqueza es especies y su belleza escénica.
La pregunta que permanece en suspenso es, ¿por cuanto tiempo podrá mantenerse en la practica la protección de “un interés publico” sobre el “dominio privado”.

En el mismo artículo también destacaba la existencia de otra especie denominada “Mistol” muy presente en esta Región:

“El Mistol es un árbol típico de las llanuras y quebradas del norte cordobés, de porte mediano muy ramoso y espinoso.
Su corteza es gris a castaño oscura. Tiene hojas simples cada tres nervaduras longitudinales. Sus flores son pequeñas y forman inflorescencias. Los frutos, que maduran hacia febrero o marzo, son pequeños (15 mm), de color rojo, y son comestibles. Desde tiempos remotos, y junto ala algarroba y a los frutos de Chañar que también se encuentran en la zona, fueron muy apreciados por los pueblos indígenas.
Actualmente en el norte de la Argentina, especialmente en Santiago del Estero se muelen obteniendo una harina con la que se hace pan, se fermentan con agua como bebida o se prepara el “Bolanchao”, una golosina en forma de pelotita. Los chicos del Cerro Colorado los prefieren crudos, aunque también se suelen preparar arropes y mermeladas. Además del uso alimenticio, el Mistol tiene propiedades medicinales, tintóreas y dado que contiene saponinas (poder desengrasante) hay quienes lo usan para lavar la ropa”.


Otra de las especies destacadas en este libro y muy importante de la zona también es Flor de Sacha Guasca (familia de la bignoniaceae) de la cual encontramos lo siguiente:

“la Sacha Guasca es una enredadera muy común en la reserva. Sus flores tubulares son rojas con áreas amarillas y anaranjadas. La Sacha guasca florece en primavera y es muy apetecida por los picaflores. Esta enredadera tiene porte leñoso, por eso es una liana, y es muy usada en cestería para hacer canastos y pantallas de veladores, entre otros objetivos. El chasqui!!!!


Al investigar sobre la flora del Cerro Colorado en el libro del Cerro Colorado que obtuvimos de la biblioteca de la Legislatura de la Provincia, encontramos una lista de especies vegetales con sus respectivos nombres científicos que nos pareció interesante agregar a nuestro trabajo:

Lista de especies vegetales.




ÁRBOLES
NOMBRE CIENTIFICO
Algarrobo blanco
Prosopis alba
Algarrobo blanco
Prosopis chilensis
Algarrobo negro
Prosopis nigra
Coco
Fagara coco
Chañar
Geoffroea decorticans
Durazno de la sierra
Kageneckia lanceolata
Garabato
Acacia praecox
Manzano del campo
Ruprechtia apetala
Mato
Myrcianthes cisplantesis
Mistol
Zyziphus mistol
Molle de beber
Lithraea temifolia
Palma
Trithrinax campestris
Peje, sombra de toro
Jodina rombifolla
Piquillín de la sierra
Condalla buxifolia
Quebracho blanco
Aspidosperma Quebracho blanco
Tala árbol
Celtis tala
Tala falso
Bougain villea stipitata


ARBUSTOS

Albarillo
Ximena americana
Atamisqui
Atamisquea emarginata
Azahar del campo
Aloysia gratíssima
Barba de tigre
Colletia spinosissima
Comida de víbora
Lycium cestroides
Duraznillo negro
Cestrum parqui
Garabato blanco
Mimosa farinosa
Guayacán
Porliera microphylla
Jarilla
Larrea divaricata
Lagaña de perro
Cesalpinia gilliesii
Moradillo
Schinus praecox
Piquillín
Condalia microphylla
Quiebra arado
Heimia salicifolia
Romerito
Eupatorium buniifolium
Tusca
Acacia aroma


ENREDADERAS

Loconte
Cimatis hilarii
Buche de pavo
Aristolochia argentina
Globito
Cardiospermun halicacabum
Globito
Urvillea uniloba
Mburucuyá
Pasiflora coerulea
Pañuelito
Pithecoctenium cynanchoides
Sacha husca
Dolichandra cynanchoides
Tasi
Morrenea odorata


HELECHOS

Culantrillo
Adianthum raddianum
Doradilla
Aneimia tomentosa

Pteridium aquilinum

Polypodium spp.
HIERBAS

Achira
Canna indica
Amor seco
Bidens triplinerva
Berro
Roripa spp
Berro
Mimulus glabratus
Cadillo
Cenchrus myosuroides
Cardo
Sircium lanceolatum
Cardo negro
Sircium vulgare
Carquejilla
Baccharis articulata
Carquejilla
Baccharis crispa
Cola de zorro
Setaria argentina
Cortadera
Cortaderia selloana
Chuscho
Nierembergia hipoppomanica
Escorzonera
Eryngium horridum
Lagrimas de la virgen
Nothoscordum inodorum
Lengua de vaca
Rumex acetosellia
Llantén
Plantado myosurus
Malvavisco
Spheralcea cordobensis
Margarita punzo
Glandularia peruviana
Matapulgas
Schkhuria pinata
Ortiga de la sierra
Blumenbachia hieronymi
Orquídea
Stenorrhyncus australis
Uvita del campo
Salpichroa organifolia
Verdolaga
Portulaca spp.
Yerba buena
Mentha spp.
Yerba del pollo
Altemanthera pungens
Yerba del sapo
Marrubium vulgare
Tomillo
Hedeoma multiflora


CACTACEAS

Cordon
Stetsonia coryne
Cola de gato
Cleictocactus baumanii
Quimilo
Opuntia quimilo
Quiscaloro, pencas
Opuntia spp.
Ucle
Cereus validus

Gymnocalicium spp.

Harrisia pomanesis


EPIFITAS

Clavel del aire
Tillandsia bryoides
Claveles del aire
t. cordobensis y otras
Cabellos de ángel
Cuscuta cristata
Cabellos de ángel
Cuscuta indecora

Eubrachium ambiguun
Liga, muerdago
Psittacanthus cuneifolius


ARROSETADAS

Chaguar
Dickia floribunda
Chaguar
Puya spathaceae
Chaguar
Deutercohnia longipetala


LIQUENES

Barba de piedra
Usneabarbata

“En los sectores llanos y secos el bosque se integra con: mistol, tala, algarrobo, y quebracho blanco

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